No me llames, no me vengas a buscar.

No me esperes, no me sigas.

No me mires, no me hables.

Pero por sobre todas las cosas

No me nombres.


Para los recepcionistas del Galeón que no saben de nada y menos de amor…

martes, 16 de enero de 2007

Anuario

Enero siempre es así, un mes raro, durante el año lo esperamos con tanta ansiedad y después no vemos la hora de que empiece marzo, porque pareciera que ahí recién comienza el año.
De febrero solo nos acordamos cada cuatro años y al pobre abril nadie lo tiene en cuenta si hasta la guerra lo olvido, mayo y su decadente desfile patriótico, junio y julio anuncian el solsticio de invierno, agosto se consigue en liquidación, septiembre y su alergia primaveral, octubre y su mala reputación electoral, noviembre a la sombra de diciembre festivo y religioso.
Y los argentinos somos así, cuando estamos en enero queremos a marzo y cuando estamos en marzo añoramos tanto a enero que ni siquiera lo disfrutamos.

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